CLAI, en búsqueda de logros y visiones
Por Domingo Riorda
Solo dos días, sábado 24 y domingo 25, le quedan a la V Asamblea del CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias) la difícil tarea de especificar cuales han sido sus logros desde la anterior Asamblea, hace seis años, y de plasmar sus propuestas hacia el futuro.
A partir de los documentos previos a la Asamblea, es complicado especificar cuales son los logros del CLAI en su último período. En el caso del informe sobre Ecumenismo la explicitación de la tarea en esa área se remonta a la década del 70 y mitad del 80, con su énfasis en la participación social, específicamente en relación a los DD.HH. Sobre la última etapa los datos son muy generales e inconexos.
En el informe del Secretario General se detallan tareas que se cumplimentaron en estos últimos años con dificultades insalvables para distinguir la existencia de una estrategia que diera sentido global a ese quehacer. Se informa de actividades que, en sí mismas, pueden ser consideradas importantes, pero son acciones aisladas, en ocasiones como si compitieran entre sí, que hacen difuso saber hacia donde se dirige la institución.
Otro punto, de importancia no menor, es que se menciona con grandilocuencia algunos presuntos logros que merecen mayor consideración argumental. Un tema repetido es el de que “se quebró la hegemonía católica” y “surge la pluralidad religiosa”. Es obvia la referencia al crecimiento numérico de iglesias “pentecostales/carismáticas”. Si bien habría que detallar cuanto de esto le corresponde al CLAI, es iluso hablar de que se “quebró” la hegemonía católica romana. La salida de numerosos fieles de esa iglesia hacia otra es una emigración de gente, pero no la quiebra de la hegemonía católica romana, un hecho que sigue vigente en América Latina a nivel de acuerdos gubernamentales como del colectivo ciudadano.
La imprecisión en el lenguaje también puede detectarse cuando se habla de “misión”, a la que nunca se le da el contenido más allá del carácter evangelizador, tan amplio como “misión”. Algo similar ocurre con el análisis de otros documentos, como el referido a "carisma/poder/ministerio”, limitado desde la interpretación de un libro de Leonardo Boff que, vale decirlo, fue una publicación de lenguaje muy general y abstractamente cuidadoso de no ofender a la jerarquía de su iglesia.
Por otra parte el documento carece de la relación con la dinámica de carisma y poder en la vida de la sociedad, especialmente aborigen. Es posible que esperar eso sea una expectativa ficticia, pero igual debería haber existido alguna referencia a la vida diaria más allá de las abstracciones que pudieran ser necesarias.
Si desde esta perspectiva se examinan los demás documentos conocidos, se obtendrá la conclusión de que los análisis derivan en generalidades con gran preocupación para demostrar su biblicidad, poca para relacionarlo con la vida diaria y sospecha de que detrás de las palabras esconden candentes discusiones dentro del seno del CLAI.
Al participar de conversaciones sobre el presente y futuro del CLAI se han escuchado críticas a las autoridades que condujeron la institución en el último período y, en ocasiones, se las comparaba con las de la primera etapa del CLAI. Más allá de la veracidad o no de esas aseveraciones acusatorias, no se tiene en cuenta las diferencias de una y de otra época. Por ejemplo, en los inicios de 80 el futuro todavía se percibía como posible de entender y de cumplimentar, así como que se daba por entendido la comprensión del presente. En el fin del siglo y el inicio del otro, el presente ya era sumamente problemático de asimilar en lineamientos esquemáticos, como en épocas anteriores, y el futuro imposible de diagnosticar.
En esas circunstancias, las iglesias, como otras instituciones sociales, no le dieron adecuada cabida a la reflexión sobre esta nueva dimensión. Por el contrario, levantaron muros, se refugiaron en sus reductos y actualizaron el hablar en abstracto transformando sus encuentros/congresos en lugares de reflexiones muy cercanos a lo que se llamó discutir sobre el sexo de los ángeles mientras los “bárbaros” están a la puerta de Roma.
Un ejemplo de esa característica fue el Acto del jueves 22, en el Obelisco de Buenos Aires, con una escasísima presencia de público, menor que el que tiene las sesiones de la V Asamblea. Es decir que la “distancia” con la realidad tu tanto acerca de la sociedad como la de los y las integrantes del organismo convocante.
Con las sesiones de hoy, sábado, y mañana, domingo, termina la V Asamblea del CLAI. Dos días pueden ser pocos o muchos. Todo depende de la actitud que se tome. Si se continúa con el impulso de no revisar el andar de la institución y seguir encontrando chivos emisarios internos y externos, sobra el tiempo. Si se decide cambiar el enfoque y plantear los interrogantes que están en el seno de los y las participantes y, sobre todo, en la sociedad latinoamericana, dos días resultarán pocos, pero podrán implementarse instancias que hagan valer el motivo original de la creación del CLAI.
Hay causas por las cuales organizaciones como el CLAI pueden existir por largo tiempo, sea que vegeten o que vivan. El estilo lo deciden sus componentes.+ (PE)
07/02/24 - PreNot 6504
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica - ECUPRES
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